Qué es el microbioma y cómo influye en tu salud digestiva y general
El término "microbioma" se refiere al conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos y otros microbios) que viven en y sobre nuestro cuerpo. Este ecosistema microscópico se encuentra principalmente en el tracto gastrointestinal (microbiota), especialmente en el intestino grueso, pero también habita en la piel, la boca y otros órganos.
El microbioma humano alberga más de 100 billones de microorganismos, representa aproximadamente 1-2 kg del peso corporal total.
La microbiota y la salud digestiva
La relación entre el microbioma y el sistema digestivo es particularmente estrecha. La microbiota intestinal no solo descompone los alimentos que ingerimos, sino que también regula la absorción de nutrientes y protege el intestino de agentes patógenos y tóxicos.
- Digestión de fibras: Las bacterias intestinales fermentan las fibras dietéticas para producir ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, que nutre las células intestinales.
- Producción de vitaminas: Algunas bacterias producen vitaminas esenciales, como la vitamina K y ciertas vitaminas del complejo B.
- Protección contra patógenos: Un microbioma equilibrado forma una barrera protectora contra bacterias dañinas y otras infecciones. Algunos microorganismos son capaces de absorber y protegernos de algunos tóxicos y metales pesados.
- Regulación del tránsito intestinal: Las bacterias influyen en la motilidad intestinal, ayudando a prevenir problemas como el estreñimiento o la diarrea.
Un desequilibrio en la microbiota intestinal (conocido como disbiosis) puede llevar a problemas digestivos como hinchazón, gases, síndrome del intestino irritable (SII) y enfermedades inflamatorias intestinales.
El microbioma en el resto del organismo
El microbioma no se limita al intestino; está presente en todo el organismo, incluyendo la piel, la boca, los pulmones, el tracto urinario y los órganos reproductores. Este ecosistema de microorganismos desempeña un papel esencial en la protección contra patógenos, la regulación del sistema inmunológico y el mantenimiento del equilibrio homeostático. Por ejemplo, el microbioma de la piel actúa como una barrera protectora, produciendo sustancias antimicrobianas que evitan infecciones, mientras que el microbioma pulmonar participa en la modulación de las respuestas inflamatorias respiratorias.
El impacto del microbioma en la salud general
El microbioma regula múltiples sistemas en el cuerpo, afectando tanto nuestra salud física como mental.
Sistema inmunológico
El 70-80% de las células inmunitarias se encuentran en el intestino. Un microbioma saludable ayuda a educar al sistema inmunológico, permitiéndole responder eficazmente a infecciones sin atacar tejidos propios (como en las enfermedades autoinmunes).
Dato clave: Un microbioma diverso puede reducir el riesgo de alergias, enfermedades autoinmunes e infecciones recurrentes.
Salud cerebral y estado de ánimo
El intestino y el cerebro están conectados a través del eje intestino-cerebro, una red bidireccional mediada por el nervio vago, hormonas y neurotransmisores.
Algunas bacterias, entre ellas Bifidobacterias, Lactobacillus o Escherichia coli, producen serotonina, conocida como la "hormona de la felicidad". Los desequilibrios en el microbioma se han relacionado con la ansiedad, la depresión y trastornos como el autismo.
Importante: Estudios recientes sugieren que un microbioma saludable puede mejorar la función cognitiva y reducir el estrés.
Peso y metabolismo
El microbioma influye en cómo el cuerpo procesa y almacena los alimentos. Un microbioma desequilibrado puede favorecer la acumulación de grasa, mientras que un microbioma diverso se asocia con un metabolismo más eficiente.
Evidencia científica: Personas obesas tienen en general menor diversidad microbiana que aquellas con peso saludable.
Piel y salud externa
Problemas como el acné, el eccema y la rosácea están vinculados a la salud del microbioma y de la microbiota intestinal. Cuando hay disbiosis, las toxinas intestinales pueden "escapar" al torrente sanguíneo, afectando negativamente la piel.
Cavidad bucal
El microbioma oral juega un papel clave en la salud bucal y general, ya que ayuda a prevenir infecciones, regula el pH y participa en la digestión inicial de los alimentos. Un desequilibrio en este microbioma puede favorecer la aparición de caries, enfermedad periodontal, halitosis e incluso enfermedades sistémicas como diabetes y afecciones cardiovasculares.
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Factores que afectan al microbioma
Diversos factores pueden influir en su equilibrio, siendo la dieta uno de los más importantes: una alimentación rica en fibra prebiótica (vegetales, frutas, legumbres y tubérculos) y alimentos fermentados favorece la proliferación de bacterias beneficiosas. Por el contrario, el consumo excesivo de azúcares refinados, ultraprocesados y grasas trans favorece la disbiosis, es decir, un desequilibrio donde predominan las bacterias patógenas.
Otros factores incluyen el uso frecuente de antibióticos y medicamentos como antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y antiácidos, que pueden alterar la diversidad y cantidad de microorganismos en el intestino.
Asimismo, el estrés crónico, la falta de sueño reparador y el sedentarismo afectan la comunicación entre el cerebro y el intestino, impactando negativamente el microbioma.
La exposición a tóxicos ambientales como pesticidas (glifosato), metales pesados (mercurio, plomo) y contaminantes presentes en el agua y alimentos, también deterioran este equilibrio.
El Método DRI en el equilibrio del microbioma
El Método DRI equilibra el microbioma al abordar tres aspectos esenciales: la eliminación de toxinas que afectan a los microorganismos beneficiosos, como metales pesados, pesticidas o residuos de antibióticos; la regulación y detoxificación de los sistemas internos a través de protocolos avanzados; y la integración de hábitos saludables que fomenten la diversidad microbiana, como una dieta rica en fibras prebióticas, alimentos fermentados y el uso de probióticos específicos. Este enfoque holístico mejora el terreno biológico y el pH del organismo, favoreciendo la restauración de un microbioma equilibrado en todo el cuerpo.
Si quieres saber más sobre el Método DRI, puedes leer en este artículo.
Cómo mejorar tu microbioma
Mantener un microbioma equilibrado no solo mejora tu digestión, sino que también potencia tu salud general. Aquí tienes estrategias prácticas para cuidar tu microbioma:
- Aumenta tu consumo de prebióticos: Los prebióticos son fibras que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino. Fuentes de prebióticos:
- Plátano verde
- Manzana (su piel contiene pectina y fibra muy beneficiosa)
- Espárragos
- Cereales integrales (mejor sin gluten)
- Alcachofas
- Tubérculos
- Semillas de chía y lino
- Raíz de achicoria
- Cáscara de psyllium
- Incorpora alimentos fermentados: Los alimentos fermentados en pequeñas cantidades, que contienen bacterias vivas (probióticos), enriquecen el microbioma.
- Kéfir
- Chucrut
- Kimchi
- Miso
- Reduce tóxicos: En alimentación, como el azúcar blanco, el tabaco, alcohol, conservantes y aditivos en alimentos procesados. También el gluten es un agresor para la microbiota intestinal.
Reduce también los tóxicos en los productos de higiene personal y en el hogar. - Considera un suplemento pre y/o probiótico: En casos de disbiosis severa o tras tratamientos con antibióticos, un suplemento probiótico puede ayudar a restaurar el equilibrio. Consulta con tu profesional de la salud.
- Mantén un estilo de vida activo: El ejercicio regular no solo mejora la circulación y el metabolismo, sino que también diversifica el microbioma.
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