Factores que favorecen la inflamación crónica de bajo grado

Inflamación crónica


La inflamación crónica de bajo grado es una respuesta inmunológica persistente y sutil que ocurre cuando el cuerpo percibe una amenaza constante. A diferencia de la inflamación aguda, que es temporal y ayuda en la curación, la inflamación crónica puede durar meses o años, afectando negativamente la salud.

Los hábitos de vida y el entorno aúnan numerosos factores que favorecen la inflamación crónica de bajo grado, que puede llevar con el tiempo a patologías como trastornos autoinmunes, enfermedades cardiovasculares y problemas metabólicos.

En este artículo vamos a profundizar en todo estos factores. Siempre para cualquier abordaje en la salud, lo primero que se debe acometer es evitar, en la medida de lo posible, lo que nos ha llevado a enfermar.

 

Estrés crónico

 

El estrés crónico es una de las principales causas de inflamación de bajo grado. Cuando el cuerpo está bajo estrés constante, el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HPA) se activa repetidamente, lo que conduce a la liberación sostenida de cortisol, la hormona del estrés. Aunque el cortisol tiene propiedades antiinflamatorias a corto plazo, su liberación constante puede tener efectos contraproducentes. Con el tiempo, el cuerpo se vuelve menos sensible a sus efectos, lo que provoca un aumento de la inflamación crónica. Además, el estrés afecta directamente al sistema inmunológico, fomentando desequilibrios que perpetúan la inflamación crónica.

 

Sedentarismo

 

El estilo de vida sedentario está estrechamente vinculado con el aumento de marcadores inflamatorios. La inactividad física reduce la eficiencia del metabolismo y promueve el aumento de grasa visceral, que es un tejido biológicamente activo que libera citoquinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina-6 (IL-6). Estas citoquinas contribuyen a la inflamación sistémica de bajo grado, agravando afecciones como la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

 


Exposición a tóxicos ambientales

 

En el mundo moderno, estamos constantemente expuestos a una variedad de tóxicos ambientales que alteran nuestra salud. Entre los más perjudiciales se encuentran:

Contaminación electromagnética: La exposición a radiación electromagnética, como la de los teléfonos móviles, routers Wi-Fi y otros dispositivos inalámbricos, tiene un impacto directo sobre la inflamación crónica. Aunque los efectos no siempre son visibles de inmediato, la exposición constante puede afectar negativamente la función celular y promover un entorno inflamatorio.

Luz azul artificial: La sobreexposición a la luz azul, especialmente durante la noche, interfiere con el ritmo circadiano y la producción de melatonina. La melatonina es una hormona antioxidante que regula los ciclos de sueño-vigilia y tiene un potente efecto antiinflamatorio. Cuando su producción se ve alterada, el cuerpo no puede regenerarse adecuadamente durante el sueño, lo que aumenta la inflamación y el estrés oxidativo.

Los metales pesados, como el plomo, el mercurio y el cadmio, son tóxicos comunes en el entorno y se acumulan en el organismo con el tiempo, afectando gravemente la salud. Estos metales generan inflamación al interferir con el funcionamiento celular, inhibiendo la producción de energía en las mitocondrias y desencadenando estrés oxidativo.


         El mercurio: Se encuentra en amalgamas dentales y algunos pescados, como el atún. Inhibe la acción del selenio, un mineral esencial para la función antioxidante y tiroidea, y promueve la inflamación a nivel celular.

        El plomo: Presente en algunas tuberías antiguas, cosméticos, productos de higiene, es tóxico para el sistema nervioso y su acumulación se ha relacionado con enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide.


 

Disrupciones circadianas

 

El cuerpo humano está diseñado para seguir ciclos naturales de luz y oscuridad, conocidos como ritmos circadianos. La alteración de estos ritmos, ya sea por el trabajo nocturno, la exposición a luz artificial durante la noche o un horario de sueño irregular, tiene efectos profundos sobre la inflamación. La interrupción de estos ciclos afecta a la producción de melatonina, hormona que regula el descanso y otros procesos relacionados con la inmunidad, afectando a la función metabólica general.

 

Factores metabólicos

 

La candidiasis se produce cuando hay un crecimiento excesivo de Cándida, un hongo que habita de manera natural en el intestino. Cuando el equilibrio bacteriano intestinal se ve alterado (disbiosis), la cándida prolifera y libera toxinas que alteran el normal equilibrio del sistema inmune y promueven la inflamación. Esta inflamación puede agravarse aún más cuando la barrera intestinal es demasiado permeable, lo que permite que las toxinas entren en el torrente sanguíneo.

El intestino permeable o hiperpermeabilidad intestinal es una condición en la que la barrera intestinal se debilita, permitiendo que partículas no digeridas de alimentos, toxinas y microorganismos pasen al torrente sanguíneo. Este proceso desencadena una respuesta inmunológica e inflamatoria, ya que el cuerpo percibe estas partículas como intrusas. A largo plazo, la permeabilidad intestinal se asocia con enfermedades inflamatorias, autoinmunes y crónicas.

Baja función hepática. El hígado es uno de los principales órganos encargados de filtrar toxinas y metabolizar hormonas. Cuando la función hepática se ve comprometida por una dieta inadecuada, toxinas ambientales o un estilo de vida sedentario, las toxinas no son correctamente metabolizadas y se produce su acumulación. Esto aumenta los niveles de inflamación. Además, el hígado también juega un papel clave en la regulación del equilibrio hormonal; si no funciona correctamente, los desequilibrios hormonales pueden desencadenar más inflamación.

 

Tóxicos en la alimentación

 

Azúcares refinados y edulcorantes artificiales disparan la glucosa e insulina en sangre, mientras que las grasas trans y saturadas, presentes en alimentos fritos y procesados, afectan la salud cardiovascular.

Las harinas refinadas carecen de fibra y nutrientes esenciales, contribuyendo a picos de azúcar en sangre, y los aditivos y conservantes pueden desencadenar respuestas inmunológicas. Además, alimentos ricos en histamina, como el vino tinto, vinagre y ciertos vegetales (berenjenas, tomates), pueden agravar la inflamación en personas sensibles.

Los pesticidas y herbicidas presentes en productos no orgánicos alteran el microbioma intestinal, mientras que metales pesados como el mercurio, plomo y cadmio, acumulados en el organismo, interfieren en procesos celulares clave y perpetúan la inflamación.

La alimentación es uno de los aliados más efectivos en la reducción de la inflamación crónica de bajo grado. En este artículo, hablamos sobre la alimentación antiinflamatoria 

 

La detoxificación como herramienta para mejorar la inflamación crónica

 

La detoxificación es una herramienta esencial para combatir la inflamación crónica, ya que ayuda al cuerpo a eliminar los tóxicos acumulados y a recuperar su equilibrio natural. Este proceso implica no solo reducir la exposición a sustancias perjudiciales, como pesticidas, metales pesados y alimentos procesados, sino también adoptar hábitos que minimicen la inflamación, como una alimentación equilibrada, rica en nutrientes y antioxidantes.

Además, es fundamental abordar las causas metabólicas subyacentes, como la recuperación del equilibrio bacteriano intestinal o la mejora de la función hepática y renal, entre otras.

Un programa de detoxificación completo y profundo debe tener en cuenta todos estos pasos, además de realizar la detoxificación de cada sistema en el orden correcto. Esto quiere decir que no debemos realizar una detox de hígado sin antes haber tratado el exceso de permeabilidad intestinal, o haber eliminado parásitos y controlado los niveles del hongo cándida.

El Método DRI es un completo programa de detoxificación que incluye, paso paso, la eliminación de tóxicos en el orden correcto, además de la adopción paulatina de hábitos alimentarios y en general que ayuden en la recuperación del equilibrio metabólico. Puedes ver más sobre el Método DRI en este artículo.

¡Gracias por leer hasta el final! Esperamos que esta información te sea de gran utilidad para entender mejor la inflamación crónica de bajo grado y sus múltiples factores y causas, así como la importancia de la detoxificación como parte fundamental de tu bienestar.


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