Hongo Cándida: Síntomas y tratamiento

El hongo cándida es una levadura que se encuentra de forma natural en nuestro intestino, pero que también produce síntomas variados. También en menor medida en la flora vaginal y bucal. Forma parte de la flora bacteriana y cumple importantes funciones en nuestro organismo.
Se encarga de mantener el equilibrio intestinal, participa en la maduración del sistema inmune, elimina restos de carbohidratos mal absorbidos, absorben metales pesados y tóxicos para evitar que entren en el torrente sanguíneo.
En este artículo te damos todos los detalles de causas y alternativas de tratamiento. También tienes un TEST de cándidas para hacer un autodiagnóstico
LAS CÁNDIDAS Y SUS EFECTOS EN LA SALUD
Lo primero que debemos comprender, es que la cándida, cuando está en equilibrio con el resto de la flora bacteriana, es necesaria para todas las funciones que mencionamos.
Existen muchos tipos de hongo cándida en el organismo, siendo el tipo Albicans el que puede resultar más patógeno cuando prolifera en exceso. Además esta forma de cándida cuando sale del intestino, llega a la sangre, es capaz de mutar a una forma filamentosa y alcanzar cualquier órgano o tejido en el organismo.
El lugar preferido de Cándida Albicans para alojarse fuera del intestino es el hígado. Es un hongo que se alimenta principalmente de glucosa y hierro, y en el hígado lo encuentra de forma abundante. Una de las razones de una baja función del hígado, es a menudo producido por Cándida Albicans. La anemia ferropénica esconde muchas veces detrás un hongo cándida que es alimentado con los suplementos de hierro, exacerbando así la infección.
Pero el hongo puede buscar otros objetivos en el organismo, cualquier mucosa, incluso puede llegar a traspasar la barrera hematoencefálica y afectar al cerebro. Una infección sostenida en el tiempo podría desencadenar una respuesta inflamatoria que resulta en la formación de estructuras de tipo granuloma. Los granulomas comparten características con las placas beta-amiloide encontradas en la enfermedad de Alzheimer.
Este estudio nos muestra la detección del hongo en pacientes con Alzheimer https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35282779/
En la mujer también el hongo cándida forma parte de la flora vaginal y numerosos factores son los que llevan a una proliferación excesiva. El uso de tampones, compresas, unido a las causas que veremos más adelante, alteran la flora bacteriana intestinal. Los estrógenos y la progesterona hacen crecer la cándida mucho más rápido, por eso en las mujeres también prolifera más rápido, tanto a nivel vaginal como en el resto del organismo.
La cándida vaginal produce numerosas molestias como picazón e irritación de la vagina y la vulva, sensación de ardor, especialmente durante las relaciones sexuales o al orinar.
La candidiasis reduce enormemente el metabolismo de la persona, haciendo que sea complicado bajar de peso, y que los niveles de energía se encuentren muy bajos. Es causa de inflamación, especialmente en el tracto intestinal. La inflamación crónica está asociada con la resistencia a la insulina y la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. También puede alterar las señales hormonales que regulan el apetito y el metabolismo, dificultando el control del peso.
LAS CÁNDIDAS LIBERAN TÓXICOS EN SUS PROCESOS METABÓLICOS
El hongo cándida libera en sus procesos metabólicos cerca de 80 tóxicos diferentes, creando un ambiente muy ácido que impide la correcta función celular. Uno de estos tóxicos es, por ejemplo, el acetaldehído, tóxico que tiene propiedades carcinogénicas y genotóxicas, lo que significa que puede dañar el ADN y aumentar el riesgo de cáncer.
Puede afectar el sistema nervioso central, causando síntomas como fatiga, confusión, mareos y dolores de cabeza. También está asociado con efectos negativos en el sistema inmunológico, lo que puede contribuir a la inflamación y a una respuesta inmunológica debilitada.
La medicina convencional lamentablemente no tiene en cuenta una invasión del hongo cándida salvo que la condición de salud de la persona sea grave.
Las pruebas de laboratorio para detectar candidiasis son costosas y generalmente inefectivas, ya que en ningún caso nos va a medir el grado de infección que pueda haber.
LAS CÁNDIDAS OCULTAS
Edgar Scheller sugiere que la cándida puede formar colonias "ocultas" que no se detectan fácilmente con pruebas médicas convencionales, y estas infecciones ocultas podrían contribuir a una variedad de síntomas y condiciones, como fatiga crónica, problemas digestivos y otros problemas sistémicos.
Estos nidos de cándidas se camuflan en el torrente sanguíneo y tejidos acumulando tóxicos y metales pesados que alimentan estos nidos.
La investigación de Scheller indica que el entorno sanguíneo juega un papel crucial en la activación de estas formas patógenas, que pueden contribuir a enfermedades crónicas. Scheller utiliza la microscopía de campo oscuro para observar estas formas camufladas.
El propio Scheller desarrolló un tratamiento para estas cándidas llamado "Infopatía," que busca armonizar el cuerpo a nivel estructural e informacional para tratar estos problemas ocultos. Su método se centra en restaurar el equilibrio en el entorno sanguíneo para prevenir que los microorganismos se transformen en formas patógenas.
CAUSAS DE CANDIDIASIS
Es interesante siempre averiguar cuándo y cómo pudo comenzar el desequilibrio, para apoyar la recuperación y no volver al desequilibrio.
Uso de antibióticos: Los antibióticos de amplio espectro no distinguen entre bacterias buenas y malas y acaban con el equilibrio bacteriano intestinal. El hongo cándida al ser una levadura es resistente a los antibióticos y al no tener rivales, se multiplica sin control.
Esto puede llevar al deterioro de la mucosa intestinal y hacerla demasiado permeable, permitiendo el paso del hongo al torrente sanguíneo y de otras sustancias tóxicas, parásitos.
En las granjas de producción ganadera masiva se utilizan antibióticos de manera profiláctica para evitar infecciones, contaminando la carne que luego es consumida. Inevitablemente si comes carnes y lácteos estás consumiendo antibióticos.
Dieta alta en azúcares y carbohidratos refinados: La Cándida utiliza el azúcar como una de sus principales fuentes de energía. Sin darnos cuenta, hemos estado alimentando a este hongo durante años con harinas, azúcares, jugos de frutas envasados, bebidas carbonatadas, cereales procesados.
El consumo de azúcares refinados también promueve la inflamación crónica de bajo grado en el intestino, lo cual puede debilitar la barrera intestinal y también contribuye a una hiperpermeabilidad intestinal.
Sistema inmunológico debilitado: El estrés sostenido mantiene altos los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, suprime la respuesta inmunitaria y reduce la capacidad del cuerpo para combatir infecciones fúngicas.
Las situaciones de estrés crónico alteran también los ciclos de sueño, momento en el que nuestro sistema inmune está más activo y también se producen los procesos de detoxificación y regeneración.
Desequilibrio hormonal: El uso de anticonceptivos alteran el equilibrio hormonal natural del cuerpo, creando un ambiente que favorece el crecimiento de la Cándida, especialmente en mujeres. Los cambios en los niveles de estrógeno, como los que ocurren durante el embarazo o el ciclo menstrual, afectan el equilibrio microbiano en el cuerpo, promoviendo el crecimiento de la Cándida. Los estrógenos y progesterona, como ya mencionamos anteriormente, aceleran el crecimiento del hongo.
Alta toxicidad: La presencia de metales pesados como el mercurio, el plomo y el cadmio en el cuerpo debilitan la función inmunológica y facilitan el crecimiento del hongo. Los disruptores endocrinos (sustancias químicas presentes en plásticos, cosméticos y productos de limpieza) alteran el sistema endocrino y favorecen la candidiasis al interferir con las hormonas naturales del cuerpo. Puedes leer más sobre estos tóxicos en este artículo
El alcohol y el tabaco alteran también el equilibrio bacteriano intestinal y debilitan el sistema inmune.
Patologías digestivas: Una baja producción de ácidos gástricos o de ácidos biliares van a alterar el ph natural del intestino, creando desequilibrio bacteriano y un espacio donde pueden proliferar mejor parásitos y hongos. Es importante tener una buena función hepática y un buen fuego digestivo en nuestro estómago para evitar la proliferación de cándidas.
Exposición a la Luz Azul y Ondas Electromagnéticas: La exposición excesiva a la luz azul de dispositivos electrónicos y la falta de exposición a la luz solar natural alteran tus ritmos circadianos, lo que afecta la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sistema inmunológico. La disrupción de los ritmos circadianos debilita la respuesta inmunitaria, aumentando la susceptibilidad a infecciones fúngicas como la candidiasis.
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Más Información¿CÓMO SABER SI TENGO CANDIDIASIS?
Los síntomas más típicos de una candidiasis son: Acné, alergia a ambientes húmedos, falta de energía, cistitis, cefaleas, migrañas, dolor muscular, estreñimiento, picor vaginal, trastornos del ciclo menstrual, ansiedad por comer dulce, problemas digestivos generales, desequilibrio en los niveles de glucosa, sabor metálico en la boca, especial sensibilidad al sol, pérdida de líbido, pies y manos fríos, entre otros.
Son síntomas que se pueden asociar a otras patologías, y de ahí el escepticismo de la medicina convencional para considerar la cándida como algo peligroso.
En el Instituto New Detox tenemos un test basándonos en la experiencia que tenemos en consulta y en las últimas investigaciones sobre sintomatología y factores determinantes para candidiasis.
Puedes acceder al test a través de este enlace y averiguar si tu problema de salud puede estar relacionado con una proliferación excesiva de hongo cándida.
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